Hace quince años, en Cortijo de Jara decidimos plantar algunas hectáreas de viña.  Después plantamos  olivos. A día de hoy, la antigua casa del cortijo, que se hundía perdida su utilidad, está recuperada convertida en bodega y los montes pelados, sin más alternativas que la siembra de trigo y girasol, son un bosque de olivos lleno de vida, con alto nivel  de empleo de mano de obra.

Aquí, en Cortijo de Jara, empezamos plantando viñas de Tempranillo, Merlot y Syrah; continuamos con la producción de vino tinto y adaptamos la casa del cortijo a bodegas de producción y crianza. Luego llegaron las 90 hectáreas de olivar (ahora es de más de 130) de la variedad Arbequino, cuyo aceite es envasado y etiquetado con  la marca ‘Cortijo de Jara’.

 

 

Hasta llegar aquí el camino ha sido duro. Desde el principio la búsqueda de la calidad fue nuestro principal objetivo. Los 8 hermanos hemos renunciado  a los beneficios a corto plazo y realizado cuantiosas inversiones. Pero tenemos la suerte de poder mirar cara a cara a nuestros clientes, escuchar sus demandas y sus quejas  y entender  qué es lo que necesitan. Y saber que hay otro camino para volver a lo que en otros tiempos fue la agricultura de nuestra provincia, reinvirtiendo aquí nuestros beneficios y creando riqueza y trabajo. Además de los cultivos tradicionales de la zona, produce y comercializa vinos tintos y blancos, aceites y diversas legumbres. Sus instalaciones están abiertas a quien quiera conocer los sistemas de producción, además de para la celebración de reuniones, catas y otro tipo de acontecimientos.

 

 

 

Jara es un cortijo, típica construcción agrícola andaluza. Este cortijo evoca la abundancia de villas romanas en la campiña de Jerez, pues aquí se halló una rica escultura de mármol de una dama, cubierta con túnica y manto. En la segunda mitad del siglo XIII, el donadío de Xara se encuentra entre las grandes propiedades concedidas al término por Alfonso X. En su interior, aprovechando los antiguos graneros y naves, respetando su estructura se encuentra la bodega. Alrededor del patio se reparten el resto de las dependencias, en las que se mezcla lo tradicional con lo moderno: sistema de recepción de uva, depósitos de enfriado, pequeña bodega de barricas, almacén con temperatura controlada, laboratorio y zonas de embotellado y embalaje. Como guinda, disponemos de una amplia terraza con vistas a las viñas y olivares, para que disfrutes de nuestros vinos

 

El objetivo de Cortijo de Jara es ofrecer vinos de calidad Premium a bajo coste, siguiendo las técnicas tradicionales. En definitiva, lograr el sueño de hacer un gran vino tinto hecho en Cádiz… Una quimera hecha realidad.

 

¡Bienvenidos a Cortijo de Jara!