Visita al Cortijo de Jara, Jerez de la Frontera
El pasado sábado disfrutamos de una gran experiencia al visitar las bodegas del Cortijo de Jara con un grupo de amigos blogueros, Aprendiendo a cocinar, Biendespachao, Genuine Andalusia y El Fogón de casa, invitados por José Ramón García Angulo, quien junto a su hermano Juan nos enseñaron las dependencias, nos dieron a probar sus vinos y nos hicieron pasar un día inolvidable.
El Cortijo de Jara se encuentra en plena campiña jerezana, en el kilómetro 5,2 de la carretera que une Torremelgarejo con Gibalbín. El cortijo está ubicado en terrenos donde aparecieron muchos restos de la cultura romana, muy cerca de él fue encontrada en el haza de Casablanquilla una escultura femenina de mármol que se encuentra en el Museo Arqueológico de Jerez.
Federico de la Calle, el abuelo de Juan y José Ramón, introdujo el cultivo de la remolacha en la finca, y tras su obligada desaparición y la liberación de mercados empezaron a plantar viñas de Tempranillo, Merlot y Shyrat. Más tarde empezaron a producir vino tinto y adaptaron la casa del cortijo a bodegas de producción y crianza.
Desde 2003, año en que comenzaron a dedicarse a los vinos, han ido superándose en producción y calidad, siendo hoy una de las marcas de más prestigio entre las dedicadas al vino en la provincia de Cádiz. La denominación Cortijo de Jara tiene ya un lugar entre las mejores.
También tuvimos la suerte de contar con Teresa del Castillo, enóloga de la casa, quien nos contó sus experiencias con estos vinos y aumentó nuestros conocimientos sobre el vino de manera muy amena.
Hace poco tiempo han modificado el logotipo de la marca, y en sus nuevas botellas ya se puede apreciar esta novedad. Sus blancos y tintos se exportan también con muchísimo éxito en el mercado.
No solo producen vinos, también plantaron 90 hectáreas de olivar, que han ido aumentando, de la variedad Arbequino.
El aceite Cortijo de Jara Virgen Extra se extrae por procedimientos mecánicos de aceitunas sin defectos, procedentes de olivos de la variedad Arbequina de la misma finca.
La forma de recoger la aceituna y la calidad de las mismas dan al Aceite Cortijo de Jara Virgen Extra de unas condiciones de aroma y suavidad únicos. Lo pudimos comprobar al probarlo con pan, y estaba espectacular.
Y sus garbanzos, que también venden, sólo los sacan al mercado si superan el control de calidad que ellos mismos imponen.Como dicen ellos: Unos años son gordos y blancos y al año siguiente pequeños y ligeramente oscuros. Pero siempre están tiernos, porque nos ocupamos de catarlos antes de ponerlos a la venta… Y siempre saben a garbanzos.
José Ramón nos guió por las instalaciones de la bodega, enseñándonos la parte más antigua, que conserva las vigas de madera originales y algunos instrumentos que se usaban antes y ellos aún conservan como recuerdo.
También conservan fotografías antiguas familiares, al ser una empresa familiar, para ellos la familia ocupa un lugar muy importante en el negocio. Y así han querido hacerlo constar.
Tras la visita y degustación de los vinos fuimos obsequiados con un aperitivo que con mucho cariño había preparado Bea, una tortilla de patatas hecha por ella que estaba buenísima, chicharrones, queso…
Y nuestro amigo Moisés aportó un chorizo de matanza, casero, y unas regañás de Cotrapan, en Las cabezas de San Juan que están riquísimas.
Desde aquí damos las gracias a Bea, José Ramón y Juan por la cariñosa acogida que nos hicieron y el buen rato que nos hicieron pasar.
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